Chau 2024

Entro a mi querido blog, lleno de polvo e irreconocible después de tanto tiempo sin actualizar. Recuerdo cuando lo creé, junto a una persona que lleva años sin estar en mi vida y una emoción increíble por empezar a compartir mi opinión sobre mis lecturas.

No esperaba que pasara, pero pronto empecé a tener visitas y algunos seguidores. También llegaron las editoriales y los autores con los que empecé a trabajar. Pero lo más lindo y duradero en el tiempo: conocidos con quienes sigo compartiendo risas y amigos que se volvieron hermanos.

Quizás es porque es fin de año o porque es mi primer día de vacaciones, pero tengo nostalgia de todo lo vivido en aquellos años y me frustra haber tenido que abandonar este lugar por el simple hecho de *crecer* y tener muchas y distintas responsabilidades.

Este año fue muy difícil. De verdad, demasiado difícil. Voy a explayarme porque realmente necesito hacerlo, necesito sacar todo el peso que tengo encima. Pocas cosas van a relacionarse con libros, están avisados.

Este 2024 lo empecé con un sentimiento de vacío enorme tras haber perdido, en menos de una semana, a tres gatitos de menos de dos meses, que vi nacer. Sabía que no iban a quedarse con nosotros, pero los amé tanto como si fueran míos y esperaba encontrarles un hogar. Tras esta situación le hicimos análisis al único pequeño que quedaba vivo para entender poco las razones. Dio positivo en VILEF, una enfermedad que no tiene cura y ataca rapidísimo. De ahí las muertes tan repentinas... pues ninguno tenía defensas para aguantar ni un pelín de malestar.
Si se están preguntando cómo es que cuatro gatitos pudieron contagiarse de Vilef si nacieron en mi casa, permítanme decirles que se contagiaron en el parto. Que la madre tiene la misma enfermedad y que seguramente todos los gatos que la montaron, también. Y ES POR ESO QUE ES MEGA IMPORTANTE CASTRAR. NO DEJAR SALIR A LA CALLE A SUS GATOS ya que ellos no necesitan "pasear"; podemos evitar peleas en las que contraigan enfermedades. Y, si tienen la posibilidad, RESCATAR y/o adoptar. También castrar a callejeritos, por más que deban dejarlos en los techos otra vez (por horrible que sea, si).
Como frutilla del postre, mi psicóloga me canceló tantas veces las sesiones, que no pude desahogarme como hubiese esperado. Y, cuando creía que por fin retomaríamos en los horarios que ella me dio, terminó diciéndome que se iba de vacaciones por varias semanas y que "quizás" debía consultar con otro profesional... auch.

Volviendo al tema, en ese momento teníamos la certeza de que este gatito estaba enfermo y nos dijeron que, probablemente, no viva más que unos pocos meses, quizás un año. Así que lo hablamos un poco y llegamos a la conclusión de que donde comen ocho, comen nueve; así fue como Baki empezó a formar parte de nuestra pequeña gran familia.
Después de días de fiebre y tratamientos que no funcionaban, nos enteramos que también tenía PIF, otra enfermedad MORTAL, pero de la que hace poco se le descubrió la cura; es re cara pero efectiva. Ya habíamos pasado el tratamiento con Toddy y confiábamos a pleno en el GS, pero aún no nos pagan vacaciones, vivíamos de ahorros y trabajitos freelo... ¿cómo podíamos empezar un tratamiento que se consigue a precio dólar, en estas condiciones? 

Gracias al cielo mi familia me ayudó y mucha mucha gente de la comunidad lectora movió cielo y tierra para que Baki pueda acceder al tratamiento. Mi pareja vendió una gran parte de sus colecciones y yo de mis libros. De lunes a sábado le aplicaban la medicación en la vete Amancay y los domingos venía alguien a casa o lo llevábamos a la casa de otra futura vete. Ellos fueron nuestros ángeles y les estamos eternamente agradecidos, porque sin saber cómo actuar con una medicación que es poco conocida y muy poca gente puede costearla, se sentaron a escuchar nuestra experiencia, a hablar con nuestros asesores y a investigar. Y CURARON A BAKI junto con nosotros.

Todavía se me pone la piel de gallina al recordar esas últimas aplicaciones... ya no íbamos a la vete, sino que le aplicábamos nosotros en casa. Ale, mi pareja, le daba la inyección mientras que yo sostenía a Baki y le daba Creamy. Créanme si les digo que no es NADA fácil; es una medicación muy oleosa y causa mucha molestia cuando ingresa al cuerpo. Y nuestro bebé se la bancó durante 84 días, ¿pueden creerlo? Y tuvo un alta ideal, con valores de un gato que jamás tuvo la enfermedad. Y por fin podíamos hablar del tratamiento para el VILEF que, según varios tutores gatunos, lograba hacer que tengan una mejor calidad de vida.





Con Bakito estábamos muy felices, pero la realidad es que no llegó a ser todo color de rosas. Luna, la gatita de 15 años que vivió toda su vida junto a Alex, tuvo una recaída muy fuerte por problemas renales. Nos pasamos horas y horas en la vete pasándole suero, tratando de que mejore, pero cada vez estaba peor. Decidimos seguir el tratamiento en casa, así que mientras yo trabajaba, mi pareja se quedaba por horas pasándole suero a Lunita, limpiándola cada vez que se hacía pis e intentando que coma algo. Una semana antes de terminar con el tratamiento de Baki, tuvimos que tomar la decisión de dejarla ir. Nuestra princesa de ojos gigantes... la que gritaba cada vez que quería tomar agua, la que se te subía encima si estabas en el sillón, la que se acostaba en la notebook y no me dejaba trabajar. Quien me recibió con ronroneos la primera vez que pisé su casa... me tuve despedir después de haber pasado tres años hermosos, llenos de mimos y mucho amor... con un dolor enorme en el pecho pero también con el alivio de que por fin dejaría de sufrir y que su alma supo siempre lo amada que era.




Tengo que admitir que si algo me mantenía a flote era el trabajo, mi familia y Andy con nuestro podcast literario. Sin ellos creo que me hubiese hundido en momentos donde no podía permitírmelo.
Si veo conversaciones viejas, les juro que lloro del dolor que transmiten mis palabras; lo peor es que no queda ahí...

Nos echaron de la casa. Cuando decidí mudarme con mi pareja a la casa de su madre, esperaba que todo sea dentro de todo tranquilo, pero pronto empecé a entender que NO. A entender por qué él no tenía una relación normal con ella.
Tras muchas, muchísimas peleas, acusaciones falsas y maltrato, ella decidió que no podíamos estar más ahí porque le molestaban muchas cosas. Por ejemplo, que yo esté dando clases y le pida que no grite, o que salgamos en cualquier horario al veterinario, que no se limpie delante de ella o que elijamos el bienestar de nuestros gatos por encima de cualquiera (porque ¿cómo nos va a importar más un "bicho" que ella? ¡¡!!).

Por muchas razones, tuvimos que intentar pasar desapercibidos. Pero cuando tenés un carácter como el mío, todo cuesta. NO podía soportar que me tratase mal por el simple hecho de que quería que nos vayamos y me costó muchísimo tiempo conseguir callarme cuando me decía algo, criticaba a mi pareja o insultaba a mis gatos. Con el pasar de los meses se calmó y nosotros, sin decirle nada a casi nadie, seguimos buscando un lugar donde vivir.

En Agosto, durante los últimos días del receso escolar, todo empeora. Ali, nuestra bebé de tan solo un año y medio, falleció. Me di cuenta que estaba mal cuando intentó saltar a buscar comida y se paró rarísimo... fuimos a la vete y nos dijeron que pudo haber sido un golpe porque estaba ciega. ¿Ciega? ¿Pero cómo? Si hace poco estaba lo más bien, ¿qué pasó? ¿Qué hicimos mal? ¿Qué señales no vimos? A las horas empezó a empeorar, ya no quería comer y estaba muy tirada. Durmió con mi pareja (tuvimos que empezar a estar separados para evitar peleas con la madre, él en la casa de abajo y yo arriba donde tenía un cuarto con mis michis, con la cama, la compu y un bañito de servicio). A la mañana siguiente fuimos rápido a la vete a sacarle sangre; fue raro porque peleó mucho, se agitó y le tuvieron que pasar oxígeno. Ale se fue a trabajar y yo volví con ella a casa; al intentar sacarla del bolso empieza a respirar con la boca abierta.
No me olvido más de esa imagen y, lo peor, es que le grabé un video a la vete para que me diga qué hacer y aún no lo puedo eliminar (pero no lo pienso ver). Mi bebé hermosa, la más tierna y tranquila de la casa no podía respirar sola. Me quedé por horas en la vete intentando que revierta el cuadro, hasta que la tuvimos que llevar a otra vete de 24hs. Por suerte mi hermana dejó todo lo que estaba haciendo y me fue a apoyar, sola no hubiese podido. También acompañó a mi pareja cuando tuvo que hacer el traslado de la gata (llegó del trabajo justo para encargarse de eso).
Nos despedimos de una Ali en muy mal estado y, a primera hora de la mañana, Ale sube a avisarme que lo llamaron de la vete... pedimos sus cenizas y la ropa con la que la envolvimos para hacerle un altar.





Allá por septiembre, después de un almuerzo, la madre de Ale me pide hablar y me dice que "si para noviembre yo no saco a mis gatos de la casa, va a llamar a alguien para que se los lleve. Porque ella no va a abrirles la puerta porque no quiere ser mala, pero algo tiene que hacer porque no quiere que estén ahí ocupando lugar. Yo puedo quedarme, pero ellos no". No se quieren imaginar lo que fue ese momento, menos mal que no estuvieron presentes.
Como si fuera cosa del destino, que seguro lo fue, a los dos días vimos un PH donde aceptaban mascotas, en una zona que nos dijeron que era tranquila.

Lo visitamos solos un jueves, lo visitamos con mi familia un sábado. Lo reservamos y, aunque hubieron un montón de quilombos en el medio y nos demoramos un mes, pudimos cerrar el contrato. Lo primero que pusimos en la casa fue un colgante que genera arcoíris con el sol, lo segundo, las cenizas de Chiqui, Blanquito, Titán, Luna y Ali en una biblioteca del comedor... su altar.

Le avisamos a la señora, progenitora de mi pareja, que íbamos a irnos lo antes posible. Preparamos toda la casa, me pedí los días en el trabajo, medicamos a los gatos contra el estrés, contratamos el flete, algunos amigos nos vinieron a ayudar... y nos fuimos dos semanas después. Nosotros, llenos de nervios, pero seguros de que ningún lugar sería peor que en donde estábamos. Que solos era mejor que con quien hasta llegó a arrancarme el celular de las manos para que no le escriba a nadie los insultos que me estaba diciendo, pero quien ahora lloraba porque estaba feliz por nosotros y esperaba que la invitemos pronto a comer. (¿¿??)

Llegamos acá con muchas cosas y muy pocas a la vez. Por ejemplo, no tenemos mesa pero si cajas llenas de libros y mangas... Pero de nuevo, lo importante es que creemos que todo va a mejorar. En su momento hasta pensamos que nos estarían tirando tanta mala onda o alguna cosa rara, que por eso todo nos salía mal... necesitábamos de este nuevo aire.

Tuvimos y tenemos nuestros cruces de convivencia, pero creo que hace tiempo que no se nos ve tan bien como ahora. ¡Hasta nos dijo una de las vetes! Ella nos vió durante todo el tratamiento de Bakito y Luna y ayer nos encontramos cuando llevamos a hacerle un control cardiológico a Rosty y nos repitió un montón de veces "Se los ve bien, radiantes, como si recién volvieran de vacaciones"... la verdad es que nos sentimos como si nos hubiese pasado un tren por encima (físicamente), pero me super alegro de que se note lo bien que nos hace estar acá.

Baki empezó su tratamiento contra el VILEF con la Dra. Amelia, en Agosto. Ella no solo es amorosa, sino que festejó tanto cuando hace unas semanas vimos que, por fin, bajó su carga viral... que entendimos que está haciendo efecto la medicación... la verdad es que también merece el cielo.

Ale está pudiendo recuperar su colección de TCG de Pókemon, mientras disfruta de un grupo de personas increíbles que terminaron por hacerme parte de la comunidad. Cada semana tenemos distintos eventos o juntadas que ayudan a que nos despejemos. Nuestra salud mental lo agradece.

Así como también mi mente agradece que haya puesto toda la fuerza durante este año para leer, junto con Andy, los libros que decidimos para la LC del podcast. Es que "¿Vale la pena leer...?" también me salvó un poquito. Aunque hubo un mes que decidí no participar, sin esta motivación seguro todo me resultaba un poco más difícil disfrutar esta pasión tan hermosa que tengo. Además, ¿ya escucharon nuestros debates? Son de pura risa, lo recomiendo ¡!¡! 

Acá les dejo una hermosa postal que me transmite paz: escribiendo un rato, mientras tomo una chocolatada y como unas tostadas hechas en la tostadora que me gané en un sorteo que hicieron en la fiesta de fin de año del trabajo. Al lado tenía un libro y ya había planificado mis respuestas para un episodio que pronto se va a publicar en el podcast.

HOY ESTOY FELIZ.




Y como dice Chi, muchos libros esperan por ser leídos. Así que los dejo para seguir avanzando con mi lectura actual, "Te espero en el final del mundo" de Andrea Longarela.

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